
La comunicación es un proceso de interacción de palabras, sentimientos, sensaciones u opiniones que requiere la utilización de un lenguaje verbal (idioma) o no verbal (gestos, señales, sonidos, etc.), pero cuyas respuestas son fundamentales en la vida para lograr el éxito en las relaciones interpersonales.
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Hay que tener cuidado con los gestos que realizamos
Los sentidos son claves, ya que a través de ellos percibimos los mensajes. Una mirada tímida, una dulce melodía, un agradable aroma, un color llamativo, el roce de la piel o un sabroso alimento, expresan por si mismos el estado anímico de quien los envía y recibe, de ahí su efectividad.
Cuando hablamos con otra persona asumimos una postura corporal que expresa o comunica y junto con los gestos que suelen ser espontáneos, se refuerza y enfatiza el contenido del mensaje. Una variedad de actitudes afloran afecto, desprecio, aprobación, hostilidad, deseo, aburrimiento, alegría, tristeza u otros.
Son tan informativos que con ellos puedes descubrir si alguien dice la verdad o te engaña, ya que la comunicación verbal tiene que coincidir con la gestual, con el cuerpo y pensamiento en absoluta concordancia. En caso contrario aparecen reacciones que delatan al emisor.
¿Qué es la kinésica?
La Kinésica es una ciencia que estudia el lenguaje corporal, esto quiere decir que estudia el valor comunicativo de los gestos y movimientos corporales captados por los sentidos.
Habla de tres tipos de personas:
Las kinestésicas: que son sensibles al oído y al tacto y actúan pausadamente. Se aproximan al hablar y su lenguaje manifiesta emociones.
Las auditivas: son reflexivas, ofrecen mucha información, piensan mediante los sonidos y se acercan más al interlocutor.
Las visuales: son rápidas, piensan en imágenes. No se arriman mucho al interlocutor ya que precisan distinguir los movimientos. Todos los seres humanos tienen algo de auditivo, visual o kinestésico, pero siempre, predomina una o dos formas de pensar.
Hay gestos básicos como encogerse de hombros si no entendemos al interlocutor, fruncir el ceño ante un enojo o mover la cabeza para aseverar o negar. La mirada llama mucho la atención porque habla en silencio. Nuestros ojos revelan atracción, miedo, timidez, seguridad e incomodidad y si miras fijamente al otro indica agrado, interés o sinceridad.
Por el contrario, si evitas mirar a los ojos pierdes credibilidad y se dificulta la retroalimentación y si miras de reojo sientes curiosidad y puede que estés dispuesto a seducir. Hasta la manera de parpadear muestra nerviosismo e inquietud.
La sonrisa generalmente denota tu alegría, simpatía, felicidad o disimula una incomodidad. Hay formas de sonreír, esto obedece a lo que sientes internamente, por ejemplo si es amplia manifiestas mucho placer y alegría.
Ligera y que apenas se ve representa duda, falta de confianza e incertidumbre. En cambio si es sencilla sin carcajada donde incluso se pueden ver los dientes, das a entender confianza y agrado. Cuando todos los dientes quedan al descubierto, transmites satisfacción al notar o recibir algo.
Cuando es amplia se cierran tus ojos y exteriorizas diversión y bienestar, aunque también puede ser usada para engañar. Con carcajada incluida suele ser muy contagiosa y señala que las personas se están distrayendo.
Los guiños de seducción se acompañan con el lenguaje corporal. Desde el mismo instante en que un hombre o una mujer notan al objeto de seducción, su cuerpo cambia y hace movimientos normalmente inconscientes, con el fin de que lo vean y resulten más atractivos.
Los hombres habitualmente levantan la cabeza, se pasan las manos por el pelo y si están entre amigos, tratan de bromear, riendo o haciendo gala de poder o fuerza, todo para atraer a la mujer a la que desean.
Las mujeres, por su parte levantan el pecho, tensan el cuerpo, se peinan el pelo con los dedos y mueven la cadera. Sentadas, cruzan las piernas y miran por encima del hombro. Sonríen pícaramente y suelen mirar de reojo. La mirada oblicua es signo evidente de seducción femenina.
Datos históricos…
En 1969 dos psicólogos norteamericanos señalaron que los seres humanos realizan cinco tipos de gestos que explican la influencia de la comunicación no verbal y los detallaron de la siguiente manera:
Ilustradores
Acompañan el discurso. Se manejan para representar visualmente lo que se dice, asociándolo a la credibilidad.
Reguladores
Facilitan la interacción con los demás. Con ellos se muestra si se ha terminado de hablar o se aguarda una respuesta. Levantar la mano para frenar o saludar al interlocutor es algo normal.
Emblemáticos
Son explícitos, no hay que pronunciar palabras. La señal con el pulgar hacia arriba y el puño cerrado expresan que todo va bien. Llevar la mano al pecho o a la sien para saludar es una señal de respeto cuando escuchan por ejemplo un himno nacional.
Manifestadores de afecto
Que se relacionan con las emociones. Se acompañan por las expresiones del rostro y del acercamiento.
Adaptadores
Se tocan su propio cuerpo o se valen de un objeto para disimular y/o controlar una agitación o en su defecto concentrarse.
La mayoría de los individuos no son conscientes de la magnitud de un buen apretón de manos. En ese saludo entre dos se pasa mucha información instintiva, que influye en cómo será la relación.
Al apretar la mano debes ser firme y convincente aunque dependerá de la persona que tengas en frente. No des la mano floja o muerta, darás la impresión de debilidad y poco carácter. Tampoco aprietes muy fuerte, ya que esto denota agresividad y corres el riesgo de hacer daño a la otra persona.
A una mujer por lo general se le suele dar la mano más suave que al hombre.
La colocación de la mano te procura información sobre el receptor, ya que con la palma hacia arriba expresas sumisión, cediendo el control en este caso. Si la palma por el contrario está hacia abajo, denota que tienes autoridad. Por último, la mano colocada en posición vertical representa igualdad.
Cuando se desea transferir confianza a otro ofreces la mano normalmente y pones la izquierda sobre la de él. Esto hazlo con alguien que conozcas, de lo contrario producirás un efecto inverso.
Coge con la mano izquierda el brazo u hombro para expresar confianza y cuanto más apartada esté la mano de la muñeca, más emociones expresas, ya que se manifiesta más sentimiento situando la mano sobre el hombro de la otra persona, que sobre la muñeca.
Tus gestos te identifican con los demás. Está en ti ponerlos en práctica y dejar una buena impresión.
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